domingo, 27 de abril de 2008

Palabras como Mueca

A veces resulta intensamente curioso encontrar las vicisitudes, los giros y los viajes que pueden encerarse dentro de una sola palabra. El término, el sustantivo, mueca hace referencia, según lo que podría decir algún diccionario, al gesto, reacción o postura expresiva de la cara que pretende transmitir una información. Pudiera decirse entonces, aceptando esto, que esas son las palabras útiles que definen lo que es mueca. Sin embargo, la palabra se torna siempre compleja; definir no es lo mismo que captar las raíces, ni que navegar por los mares ocultos de lo profundo, ni bogar hasta lo metafísico. Es obviar lo subjetivo, acomodarse a lo simple, quedarse anclado a la superficie del “para entendernos”. Y así uno se pierde los entresijos de la belleza errante encerrada en las palabras, sus misterios, y los secretos de las pequeñas cosas, el todo manifiesto, Las Horas, las cosas que diría con solo mirarla, la noche estrellada que habló Van Gogh mirando a la luna en vez de ceñirse a ser simplemente cuerdo; y saber que era un inconformista, que todo gana sentido según uno lo quiera, y que quizás nada se explique por si solo pero que siempre habrá una definición recurrente para referir a la pintura y a las convulsiones convexas y a las horas que uno tiene y también, por supuesto, a la palabra mueca.
Volviendo sobre el tema, Mueca no es una palabra simple; por contra, es compuesta y contiene en si misma una definición. Mueca es muestra pero también es calle y horas, y sol y sobre todo arte, mucho arte. Hablo pues (lo habrán intuido) del pasado Festival Internacional de Arte en la Calle (Mueca). Muchos se preguntarán qué tiene de interesante hablar ahora del festival cuando ya ha pasado el tiempo. Existe la creencia popular de que para muestra un botón y Mueca es una caja de botones entera. Hablar de Mueca, comentar lo que allí se vio, nos permite entender la importancia de algunas palabras, comprender la necesidad de festivales como este; Mueca enseña por qué no se deben condenar al olvido propuestas tan extraordinarias como el Festival Internacional Clownbaret, desterrado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de La Laguna, acto que supone uno de los mayores ejemplos de desatino y arbitrariedad política de los últimos tiempos. Afortunadamente muy distinta ha sido la gestión cultural en El Puerto.
Mueca (organizado por Producciones del Mar) es el mejor festival con el que cuenta Canarias, y lo es porque el éxito de público (20000 personas), la calidad de los espectáculos, y la organización del evento son pruebas de excelencia. Mueca es un referente. Desde que el telón se abrió empezaron a desfilar por las calles portuenses instalaciones y espectáculos de la talla de “Píaton” de la Compañía Abubukaka una de las mejores creaciones canarias de los últimos tiempos, un complejo despliegue de arte y talento donde siete líneas de paso de peatones luchan contra la desidia bajo la consigna “Migrar es soñar”. Y soñando nos pasamos todo el tiempo. Disfrutamos de las increíbles rutinas del “Circo del aire” destacando por su belleza el trabajo de Circo Dedos. Reímos con el humor desenfadado de Riki López y con el indefinible hombre del látigo de “The Roping Fool”. Quedamos asombrados con el ritmo desbordante de la compañía Clapso que, nos deleitó con la versión rockera de “La Bella Durmiente”, un espectáculo rico, ágil y complejo donde los actores entregaron toda su energía hasta el último momento. “Drago” (Erabab) nos esperaba quizás para darnos “La noticia a tiempo” de la recuperación de la primera obra teatral interpretada en la calle por aficionados de la que se tiene noticia en Canarias. Entre las puertas pintadas y los sabores nuevos nos encontramos al cercano Jesús Rojo con su magia e ingenio y también al inconmensurable Dado, el sin duda mejor ingrediente de esta edición. Demostró su capacidad innata para provocar la risa, para conmover a cada instante, para mantener pendiente de sus giros a cientos de personas que lo miraban perplejos. Al anochecer Los2play tomaba el relevo. Este fue el montaje estrella y el premio del jurado da justa prueba de ello.
Después Capa i Espasa; Divertidos e irreverentes aunque confesaré que a su repaso cinematográfico le faltó algo de ingenio. Mientras, The Chanclettes pusieron la guinda al festival. Otros (“Barreras”, “Robots”, “Sandfantasy”…), delicias que se me quedan en el tintero.
Así que esto fue Mueca, mucho más que un gesto, un festival que le hace a uno plantearse si el arte en la calle no es el más vivo que existe.
Carecer del Mueca nos hubiera privado de tales maravillas artísticas. Sin él, igual que sin el FIC, quedaríamos aislados de todas las nuevas corrientes de creación existentes y que sólo en eventos así recalan en Canarias. Un festival como éste permite conocer, intercambiar, innovar. A todo esto renunciamos cuando nos cargamos estos encuentros. Es el momento de cuestionarnos hacia dónde andamos y qué camino escogemos; quizá deberíamos plantearnos en definitiva qué cultura queremos. ¡Viva el FIC! ¡Viva el Mueca! y las palabras que los hicieron.

Imanol Suárez (Estudiante de arte dramático, director del programa radiofónico Frecuencia Teatro de Radio Unión Tenerife).


Publicado en La Opinión de Tenerife el 26 de Abril de 2008

viernes, 25 de abril de 2008

Páginas de Teatro en 2C

Desde el pasado 15 de Marzo, la Revista (Suplemento) Semanal de Ciencia y Cultura 2C publicada cada sábado incluida en el Diario La Opinión de Tenerife cuenta con unas páginas dedicadas expresamente al teatro. Desde entonces entrevistas, como la realizada a Ahmed Ghazali y a los miembros de su elenco en la obra "Tombuctú 52 Días a Camello", artículos e incluso un especial con motivo del día Mundial del Teatro han llenado estas hojas de miradas, criterios y opiniones sobre el mundo de la escena.
Con este suplemento, coordinado por la dramaturga y directora Isabel Delgado, se ha venido a llenar un espacio hace tanto tiempo desatendido por la prensa escrita canaria que crónicamente ha tenido olvidado a este arte. A ésto se ha unido la aparición de la revista Anteojos que hace que los teatreros podamos empezar a estar algo más satisfechos.
Mañana Sábado la 2C publicará al fin la revisión del artículo sobre el Mueca, publicado aquí hace unas semanas, ahora bajo el título "Palabras como Mueca". Esta perspectiva sobre la importancia de los festivales para el desarrollo del arte en Canarias es una de las muestras de la pluralidad de opiniones que pretende aglutinar este suplemento. Por todo ello: ¡Feliz andadura!
2C Revista Semanal de Ciencia y Cultura todos los sábados con la Opinión de Tenerife

miércoles, 23 de abril de 2008

Suspendido el programa de mañana jueves 24 de Abril


Con motivo de la programación especial que esta semana está desarrollando la emisora, nuestro programa queda suspendido de emisión esta semana. Frecuencia Teatro lamenta este contratiempo de última hora que nos fue confirmado hace sólo unos minutos por la dirección de Radio Unión Tenerife y que ponemos en su conocimiento lo antes tan urgente como nos ha sido posible.


Rogamos sepan disculparnos.


Imanol Suárez

martes, 22 de abril de 2008

"Mudanzas S.A." en la Escuela de Actores

La Compañia Reymala presenta:


"Mudanzas S.A."


Su nuevo trabajo protagonizado por Miguel Angel Batista.

Viernes 25 de abril a las 21 h. en la Escuela de Actores de Canarias ( SedeTenerife ).

¡¡¡ Entrada libre !!!


Me permito la licencia de citar la crítica de Antonio Abdo. sobre el espectáculo tras su estreno en La Palma.

LAS “MUDANZAS” DE LOS OBJETOS

Hemos asistido, en el Teatro Chico, de Santa Cruz de La Palma, al preestreno de la última producción de la Compañía “Reymala”, titulada “Mudanzas S.A.”. El numeroso público que se congregó allí para presenciar el evento, disfrutó, rió y aplaudió largamente a su intérprete y creador del espectáculo, Miguel Ángel Batista.
El carácter tremendamente lúdico y divertido de “Mudanzas S. A.” se concreta en una serie de sketchs, que se suceden y encadenan desde la propuesta inicial: el obrero de un traslado debe, supuestamente, transportar una montaña de cajas que se apilan en el espacio escénico. Esta especie de bracero-clown va produciendo el milagro de transformar (mudar) una serie de objetos que se destacan entre las cosas que pueblan la escena. Esa transformación ante el espectador produce una incontenible hilaridad. Desde un simple zapato que cobra inusitada vida y canta y se mortifica y sufre para regocijo del público, hasta una caja que pierde su estanqueidad y se convierte en vehículo para las más jocosas apariciones y hasta unas simples bolsas de plástico, objeto al fin de un insólito malabarismo.
En este espectáculo unipersonal se evidencian una seria preparación del actor y una gran frescura en la utilización de los recursos para la comicidad, que Miguel Ángel Batista domina sobradamente. Imaginación y precisión producen unos resultados altamente satisfactorios. El ritmo no decae en ningún momento. Alcanza su punto culminante en un soberbio ejercicio de improvisación en el que el público interviene a placer. En suma, un espectáculo a tener muy en cuenta en el panorama teatral de las islas, imprescindible para vivir una hora muy divertida.


Antonio Abdo.
Dramaturgo y director teatral.





Como ellos mismos dicen:

Reymala Teatro surge de una necesidad de divertir divirtiéndose. Quiero decir, unos actores que se suben a un escenario para entretener entreteniéndose, o sea, intentando jugar jugando algo que…en fin, buscando recrear una idea recreándose en ella, no sé si me entienden. En definitiva, comedia, clown, absurdo, un lenguaje para chicos y grandes, para púberes, vírgenes, zangalotes y rebenques, pibes y pibas, mozuelos en edad de merecer que los merezcan, para novios y matrimonios, para solteros y viudos, para cornudos ignorados y adúlteros resabiados, para divorciados y separados… una mezcla que si no la has visto no esperes a que tus vecinos te lo cuenten.




No se pierdan lo último de Reymala.

sábado, 19 de abril de 2008

Nota

He recorregido la crítica de "El Apagón" creo que ahora está más clara.
Un abrazo a todos.

miércoles, 16 de abril de 2008

"El apagón" (Producciones del Mar): La construcción del personaje o cómo ponerse encima un alicatado:


Esta tarea es muy fácil y sencilla. En primer lugar debemos de tener dispuestos todos los materiales que vamos a utilizar. Necesitaremos un cubo o en su defecto tambor eléctrico para poder hacer la mezcla; un par de paletas, un saco de cemento (mejor si es una bolsita de Panda) y un actor. Cogemos el cubo, echamos dentro unas cuantas partes de agua, la bolsa de panda y una buena proporción de superficialidad. Mezclamos bien y con la espátula o paleta se lo echamos por encima al actor. Luego cogemos los azulejos de imágenes artificiales, los de las poses exageradas, los de los gestos grandilocuentes y los rodapiés de las voces tontas y los pegamos sobre la mezcla bien colocaditos. Ya está. Ya tenemos el típico personaje de comedia; hemos construido el personaje. Puede empezar la función.
El pasado fin de semana se vino a Santa Cruz una de las compañías punteras del teatro en Canarias, Producciones del mar, uno de esos grupos que ha entendido que el teatro también puede dar beneficios y que da muestras del buen momento de salud que atraviesa la producción propia regional. Producciones lleva años apostando por un teatro más comercial y lo ha hecho entendiendo que todo ello no te debe llevar a ser cutre o simplón y carente de calidad. Si bien no siempre les ha salido como esperaban (que algunas cosas suyas son de olvidar) en este nuevo proyecto demuestran que pese a introducirse de lleno en la pura y blanca comedia no han perdido referentes de arte y su capacidad de montar comedias muy buenas. Cierto es que para los clásicos, como el que les habla, este tipo de producciones no son santo de su especial devoción (no te cuentan nada, son lineales y simples, sin trascendencia ni fondo) pero hemos de reconocerlo: la verdad es, que pese a todo, el fin de semana pasado en el Guimerá nos divertimos. Y esto fue en parte porque contaron con Severiano García, uno de los directores canarios que más nos tiene que aportar en el futuro y que seguro nos depara aun muchas sorpresas y fue también porque se construyeron un mundo en el que cada parte era artificial pero formaba parte de un todo que funcionaba perfectamente. Lo bueno, sobre todo es que estuvieron atentos a dejarnos claro lo que nos iban a mostrar. A oscuras (con una de las convenciones más originales jamás pensadas: si hay luz en la ficción no la hay en la escena y al revés) los actores en sus intenciones, en sus voces estridentes y fuera de tono nos metieron en su mundo artificioso que tras dos minutos dejó de resultarnos falso.
Por otro lado decir que aquel mundo se apoyaba en una escenografía (muy del estilo) acorde con todo lo dicho de manera que nada resultaba chocante ni estridente. Digamos también que aquello, aquel loft, la verdad es que no nos contaba nada y que podíamos haber prescindido él sin llegarnos a enterar, pero estamos hablando de lo que estamos hablando.
Ahora y cambiando de tema, otra cosa es otra cosa. Y aquí me voy a tirar a sus pies (cuando sepa los pies de quién son) de los técnicos de luz y sonido de la obra, perfectamente sincronizados con la escena (así sí da gusto). Luego vestuario y utilería no era sino más de lo mismo: banalidad confesa. Y finalmente los actores con su personaje a cuestas. Ya lo dijimos al principio pero maticemos para que todos nos entiendan.
Aquí los personaje estaban más construidos que nunca, sí; pero construidos no en el sentido que Stanislasky enseñaba sino en el de con ladrillo, cemento y arena. Estaban puestos sobre el actor, tanto que eran caricaturas. Se veían. Y esto hubiera podido convertirse en un desastre que arruinara la puesta. Pero eso ocurre si no tienes actores tan buenos como con los que Producciones cuenta. Supieron llevar sus personajes desde el principio hasta el fin sin que todo aquello se cayera, siendo superficiales sí, pero a la vez técnicos y concienzudos. Mostraron que los clichés también se pueden defender bien sobre las tablas y pocos, diré, pueden hacer lo que ellos hicieron.
Por tanto, después de todo si he decir si la obra era mala o buena, siendo maniqueísta, diré que buena no era (¡viva la ambigüedad!). No sé si ganó en la adaptación canaria este apagón de Peter Shaffer o si perdió enteros en la apuesta; pero sí diré una cosa, quizá buena no era, pero ¡qué bien supieron hacerla!
Imanol Suárez

martes, 15 de abril de 2008

Nota

Saludos a todos:
Estoy actualizando poco a poco el blog. Ese es el motivo por el que encontrais criticas antiguas publicadas ahora pero de todos modos también he puesto material reciente sobre el Mueca y continuaré haciéndolo claro.

Un abrazo

Pd: den un vistazo a las webs recomendadas

"Un adulterio casi decente"… ¿Un teatro casi decente?


No, que no. Que yo no soy de esos, a mí no me gustan esas cosas. ¿Cómo voy a andar yo regocijándome en mi ego? ¡Por favor! No seré yo el que me retuerza de gustillo ahora al ver que finalmente mis sospechas se hicieron hechos. No seré yo el que les pase por la cara, aquello del “se lo dije”… aunque… ¡Se lo dije! ¡Ay! Mira que les advertí y no, ustedes nada. Es que era de cajón oiga, estaba cantado. Si es que son más inocentes ¡Ay! Miren que les advertí y ustedes como si nada: que no, que no ¿Cómo va a ser eso? Si es que al final siempre pasa lo que pasa. Que nos quieren tomar por nuevos o ¿estará mejor dicho que nos quieren tomar por viejos? Y esto no es nada nuevo. Lo que vimos ese fin de semana pasado en el teatro, ese acto de divismo, es tan antiguo como este arte en el que nos movemos. Es todo un clásico. Que aquí venía una de las actrices españolas, más distinguidas y con más profesión a sus espaldas era algo mucho más que cierto. Pero oye, que después el resto (actores, escenografía, texto…) sea, desde la propia producción, un nada, es que manda… (Sigan la rima ustedes que yo no me atrevo). Lo mejor era cómo nos presentaban la obra, que solo les faltó el megáfono, irse de barrio en barrio y traerse un pregonero y que éste en su sacrificado y poco reconocido talento entonara a voz en grito anunciando con solero que: Ahora les informo que viene a este teatro la insigne y mucho más que grandísima actriz María Luisa Merlo. Maria Luisa Merlo viene a representarnos una obra (de esas de reírse) hecha para ella, María Luisa Merlo. María Luisa Merlo viene. Viene María Luisa Merlo… también se informa que habrá otro actor en escena. (Pudiera rematar nuestro pintoresco artista, que ese actor era muy amigo de la Luisa, pero no le haremos tal faena que ya tiene ganado el pan y nosotros debemos dejarle que siga trabajando)
Así que eso es lo que nos encontramos y yo lo dije, y lo dijimos muchos, Y estuvimos en lo cierto.
La obra que nos presentaba “Maria Luisa Merlo” se trataba de “Un adulterio casi decente” una obra de Bernard Slade adaptada y dirigida por Jaime Azpilicueta. Era esta claramente una comedia que quería ser un drama y habrá de decir que si como comedia era demasiado simple (alguno dirá amable) para ser un drama la faltaba fuego.
La idea de empezar la obra cantando María Luisa Merlo no se qué canción (como suelo eliminar de mi mente los momentos traumáticos de mi vida pues no recuerdo qué cantaba) fue tan desacertada que a aquellos que fuimos a la sala queriendo no ser intransigentes tuvimos que hacer un esfuerzo enorme para contenernos. La obra transcurría en un espacio único, la habitación de un hotel donde se reunían secretamente dos amantes cada año. Era aquel un “decorado” que daba repelús con sólo verlo. ¿Pero es que no hemos aprendido nada de diseño de escenografía o sobre la evocación? ¿No nos ha enseñado la experiencia explorada tras Peter Brook? ¿Es que no hemos aprendido que el teatro es un arte semiótico y no mimético? Que alguien se lo diga a los de Txalo producciones que por poco se traen al teatro el hotel entero pieza a pieza con vigas, bloque y obrero canturrón con proclamas a las rubias incorporado y encima todo hecho tan cutremente que sus paredes contrachapadas se movían al simple toque con un dedo. Nada allí ayudaba y tanto era el desastre que entre escena y escena tenían que tirar de asistenta para que alguien les arreglara el entuerto y así hacer como que pasaba el tiempo. Las intervenciones en oscuro de esta figura con su posterior situación temporal directa al público resultaba más que desconcertante y poco fresco. Con el empeño realista, no nos dejaban nada a nosotros, nos privaron de uno de los principios por los que disfrutamos el teatro (el que está bien hecho): cuando los objetos no se muestran tenemos que soñar, emplear nuestra imaginación, para poder verlos. Aquí todo lo enseñaban y pa´lante que perdemos tiempo. Además poco se preocuparon por si había una estética o una ambientación, a ellos no les hacía falta. Nada de complicarse con cosas secundarias. ¿El vestuario? más de lo mismo, ¿la utilería? a juego, ¿la luz? con una vale, algún matiz y ya está bueno. ¿Qué hacemos para la música? pues nada de innovaciones ni rollos de esos, les ponemos una canción propia de cada año y va que chuta. Menuda hilada de desatinos. es que no había por donde coger aquello. Perdonen ustedes que me pronuncie tan agresivamente pero es que los montajes simplones me ponen un pelín de los nervios. Ay, si es que se los dije.
De entre toda esta cosa sólo se salvó el trabajo de los que se subieron a la escena (y dijeron más de 10 palabras). Tanto Pedro Civera como Maria Luida Merlo fueron convincentes y ligeros aunque tenían un toque de antigua tradición que incomodaba. Supieron ser cómicos y a la vez hilar con el drama y no ser ñoños. Pero es que pese a todo, ni aquí si quiera puedo darles mi sobresaliente. Una obra echa para que dos actores se muestren, convertir al actor (no su trabajo interpretativo) en el centro sobre el que gira la pieza y que todo esté orientado para que se exhiba una primera figura es algo caduco, aburrido y muy, muy viejo. ¿Qué tipo de broma fue esa de meter a dos actrices para que dijeran dos líneas de texto, además en unas intervenciones injustificadas, fuera de lugar y en lo interpretativo con poco acierto? Fue bochornoso en serio. Absoluto el desacierto de Azpilicueta quien parece, por ir concluyendo, que montó esta pieza con la mano en el bolsillo y no en el corazón.
Con todo, el teatro estuvo casi lleno y a los allí llegados (por cierto, pocos habituales) pareció gustarles y se rieron y se enternecieron. Pero para los que pensamos que el teatro es algo más allá de unas palabras dichas, vimos en esta obra una de esas ocasiones en las que este arte se prostituye de comercio para convertirse en otra cosa, defectuosa, algo que casi es teatro pero que no lo es entero; un teatro casi decente podríamos decirle; un teatro añejo.

Pd: Se lo dije.

Imanol Suárez

"Gatas" de Concha Busto: ¡Miau!

A ver como era esto. Es que hace algo más de un mes que no me pongo (a escribir críticas no sean mal pensados) y ya no me acuerdo. Esto de la crítica teatral es como un deporte de alto rendimiento: el exceso puede causarte cansancio y al poco que lo abandones te pasa factura. Por eso estoy aquí ahora mareando la perdiz y perdiendo el tiempo en vez de ponerme de una vez a hablar de lo que tengo que hablar, de uno de los acontecimientos de año, de algo tan importante como que Concha Busto nos haya estrenado aquí un… Cocha Busto (encima me repito). Y es que estrenar aquí tiene su aquello vamos a hablar claro. Cuenta y mucho, y eso no lo vamos a negar, el que por estas tierras (ya me voy soltando) la queramos con locura por la cantidad de momentos buenos que nos han hecho pasar sus producciones en las últimas épocas (quién puede olvidar su “Cyrano de Bergerac” dirigido por John Strasberg con el magnifico José Pedro Carrión a la cabeza o su más recientemente llegado “Sueño de una noche de verano”, espectáculo el cual por cierto no hemos “podío” comentar pero que nos trasportó enérgicamente a un mediterráneo “imaginao, lleno de grasia, saleo” y humor ¡Ea! ¡Amo allá! ¡Amo! ¡Amo! ¡Amo allá!……. demonio que no arranco…. ya… ¿por dónde iba? Ah sí (ustedes perdonen resaca post-navideña, es lo que tiene) bueno a lo que decía. Que estrenar aquí tiene su aquello. Cierto que es un lujo convertirnos en sede de estrenos nacionales tan importantes y se agradece pero, y no me resisto a comentarlo, siempre le queda a uno el regusto amargo de pensar que estrenan aquí (como en provincias decían antaño) por si acaso les falla algo y si falla que así no se enteren en la metrópoli del tropiezo. Y ésto, que en ocasiones ha pasado, convierte el estreno en preestreno y desluce el orgullo de ser los primeros y nos recuerda que somos islas, que aquí hay menos bombo teatral y que estamos más lejos… Por suerte, en este caso, “Gatas” no fue eso. “Gatas” fue un magistral despliegue de belleza escénica, de poesía y de talento.
Si bien, miren lo que son las cosas, en esta ocasión para sentirnos marginales no hizo falta que el espectáculo estrenado fuera un esperpento, que ya está Transmediterránea para recordarnos lo de la insularidad y todas esas tonterías. Que en pleno año 2008 tengamos que seguir suspendiendo funciones porque nos dejan sin medios de trasporte es para clamar al cielo. O ¡qué coño! para clamar en el despacho de Paulino Rivero a ver si se mueve y hace algo que ésto está apuntado en la agenda desde la transición. Si es que no se puede deslucir de esta manera algo que nos ha costado tanto esfuerzo. Porque luego pasa lo que pasa. Funciones en horas intempestivas, patios de butacas medio vacíos, despistes, enfados; cambios de última hora… tanta incomodidad que entre este humo se disipa el placer de ir a disfrutar de una buena noche de teatro.
Pero bueno todo ésto, de la escena es ajeno y allí se plantaron seis mujeres y con todo su arte de toda aquella vorágine externa nos abstrajeron y nos llevaron a su órbita recorriendo en el viaje un siglo entero, costándonos a todos algunas lágrimas, algo de impotencia y mucho sufrimiento. Las gatas unidas, singulares siempre, fueron las voces de unas épocas, los signos de un género.
Con respecto a como todo ésto se puso en escena es cierto que no innovaban en nada, pero de vez en cuando viene bien un todo a vista para que en el ejercicio del teatro no nos olvidemos de su artificio y de que el teatro a fin de cuentas es precisamente eso. Así empezaba todo, ellas en su camerino preparándose para traspasar la línea entre lo intra y lo extra escénico. Así el ritual iniciaba antes de que empezara el espectáculo en sí y continuaba siempre sin intermedios integrando los cambios y su espacio en un todo rítmico. El problema como siempre, fue el abuso, la repetición permanente de un mismo juego tras 10 veces llegó a ser cansina. Aunque no me quejo (estaba bien hecho).
Observando el espacio propio de la acción no aportaba mucho. Un solo salón que como ellas no cambiaba a lo largo del tiempo no nos añade nada, se limita a estar ahí y hacer relleno. Yo es que soy un contemporáneo y el intento hiperrealista, que además se queda adrede a medio camino, me descoloca los esquemas. El problema no es el hiperrealismo; el problema es que el espacio fue éste como podía haber sido otro y no hubiese cambiado nada. Pero he de reconocer que ésto es cuestión de gustos y que a fin de cuentas tampoco es para tirarse de los pelos. En lo que sí que insisto es en rechazar la repetición sistemática del efecto cuando la escena se abría y nos dejaba ver a las actrices. Esto agradaba a la vista y sorprendía contemplar la transformación de la escena con tan solo dos elementos nuevos (puesto sin ocultar el hecho) pero hacerlo tan repetidamente cansaba por lo que se rompía el ambiente creado durante la acción. Suerte que finalmente los dos espacios se igualaban identificando la escena con lo terreno, comunicándose directamente con nosotros para hacer del teatro (como edificio) un todo en el que todos estamos en constante dialecto.
Y es que este fue uno de sus pocos peros, porque digno de reconocer es que el vestuario por sí solo valía más que toda la escenografía: Menudo trabajo el de Lala Huete y el de Pepe Uría, era como si hubiesen enfrascado cada época y la hubiesen rescatado a su antojo. La iluminación estuvo más que exacta, y el sonido perfecto, pena fue que tuvieran sólo una pista de audio (Usar un único tema para toda la piezas no es de recibo). La dirección también estuvo bastante fina, muy bueno el trabajo de Manuel González Gil quien compuso (es uno de los autores también) una pieza necesaria con una carga (de profundidad) poética en cada línea. Sólo le critico los tiempos; en ocasiones la obra se tornó lenta y repetitiva. El juego usado para pasar por encima de la dictadura franquista sin entretenerse mucho, con ellas sentándose a tomar el te hasta por 4 veces seguidas después de un comentario cara al público casi bretchtiano pudo haber sentenciado la obra.
De todos modos todo esto no se nota cuando tienes en la escena seis actrices del más alto talento y nivel. Cuando cuentas en un mismo reparto con Rosario Pardo, Sylvia Abascal, Ana Gracia, Nieve de Medina, Paloma Gómez y Paloma Montero, no tienes que preocuparte de nada más. Hacía tiempo que en el teatro Guimerá no veíamos algo tan asombroso. Todas, en su ocasión, nos deleitaron con pinceladas de brocha gorda como sólo puede hacerlo un maestro (maestra en este caso). La palabra que mejor podría definir su trabajo es: Soberbio. Defendieron el texto no ya como gatas sino como fieras, e hicieron que pese a todos los trastornos de última hora y pese a las navieras mereciera la pena una vez más ir al teatro. Porque lo que ellas lograron no puede hacerlo casi nadie. Nos devolvieron el placer de las noches de buen teatro donde al arte es tan puro como eso. Que gusto haber vuelto.


Imanol Suárez (Enero de 2008)

Mueca: algunas fotos más

"Circo del Aire"


Clapso - "El Rey del Mar"


Clapso - "La Bella Durmiente"

lunes, 14 de abril de 2008

Mueca; Algunas Fotos

Dado - Mon Oncle le Bossu








Los2Play - ComeBack




The Chanclettes -Disco Móvil



Festival Internacional de Arte en la Calle; Mueca, algunas palabras:

A veces, resulta intensamente curioso encontrar las vicisitudes, los giros y los viajes que pueden encerarse dentro de una sola palabra. El término, el sustantivo, mueca hace referencia, según lo que podría decir algún diccionario, al gesto, reacción o postura expresiva de la cara que pretende transmitir una información. Pudiera decirse entonces, aceptando esto, que esas son las palabras útiles que definen lo que es mueca. Sin embargo, la palabra se torna siempre compleja; definir no es lo mismo que captar las raíces, ni que navegar por los mares ocultos de lo profundo, ni bogar hasta la esencia misma cercana al borde de lo metafísico. Es obviar lo no objetivo, acomodarse a lo simple, quedarse anclado a la superficie del “para entendernos”. Y así uno se pierde los entresijos de la belleza errante encerrada en las palabras, sus misterios, y los secretos de las pequeñas cosas, el todo manifiesto, y el vacío latente que envuelve su espalda, Las Horas, las cosas que diría con solo mirarla, la noche estrellada que habló Van Gogh mirando la luna y decidiendo hablarla y preguntarse por qué quiso pintarla rodeada de convulsiones en vez de ceñirse a ser simplemente cuerdo; y saber que era un inconformista, que todo gana sentido según uno lo quiera, y que quizás nada se explique por sí solo pero que siempre habrá una definición recurrente para referir a la pintura y a las convulsiones convexas y a las horas que uno tiene y también, por supuesto, a la palabra Mueca.
Volviendo sobre el tema, Mueca no es una palabra simple; por contra, es compuesta y contiene en sí misma una definición. Mueca es muestra pero también es calle y horas, y sol y sobre todo arte, mucho arte. Hablo pues (lo habrán intuido) del pasado Festival Internacional de arte en la calle (Mueca) que no es y nunca será un festival al uso.
Mueca es el mejor festival con el que a día de hoy cuenta Canarias, y lo es porque el éxito de público (unas 20000 personas en su cuarta edición), la calidad de los espectáculos, y la organización del evento son pruebas de excelencia. Esta ha sido una edición capaz de combinar de manera correcta y articulada más de 25 espectáculos (nacionales e internacionales) que llenaron en los pasados días 4, 5 y 6 las calles del Puerto de la Cruz. Producciones del Mar, organizadora del evento, supo como siempre gestionar este despliegue y conseguir que casi nada fallara. Desde que el telón se abrió empezaron a desfilar por las calles portuenses instalaciones como “Robots”, “Penguin Family” o el conmovedor “Barreras” y también espectáculos de la talla de “Píaton” de la compañía Abubukaka una de las mejores creaciones canarias de los últimos tiempos; un complejo despliegue de arte y talento donde siete líneas de un paso de peatones luchan contra la desidia bajo la consigna “Migrar es soñar”. Y soñando nos pasamos todo el tiempo. Disfrutamos de las increíbles rutinas del “Circo del aire” donde destacó por su belleza el trabajo de los integrantes de circo dedos. Reímos a gusto con el humor desenfadado de Riki López en su “Buenrollitia” y con el indefinible hombre del látigo de “The Roping Fool”. Quedamos asombrados con el ritmo desbordante de la compañía Clapso que, tras su “Rey del mar” matutino, nos deleitó con la versión rockera de “La Bella Durmiente”, un espectáculo rico, ágil y complejo donde los actores entregaron toda su energía hasta el final algo que fue recompensado con un atronador aplauso. La intensidad del Drago (Erabab) nos esperaba quizás para darnos “La noticia a tiempo” de la recuperación de una pieza que tiene el honor de ser la primera obra teatral interpretada en la calle por aficionados de la que se tiene noticia en Canarias. Entre las puertas pintadas y los sabores nuevos nos encontramos al cercano Jesús Rojo con su magia e ingenio y también al inconmensurable Dado, el sin duda mejor ingrediente de ésta edición. En su “Mon oncle le Bossu” hizo demostración de su capacidad innata para provocar la risa, para conmover a cada instante, para mantener pendiente de sus giros a cientos de personas que lo miraban perplejos incapaces de desviar la vista un segundo de él por no perderse ni un instante la fuerza de este genio. Al caer la noche los catalanes de Los2play con su espectáculo “Comeback” tomaban el relevo dejando atónitos a todos con sus increíbles acrobacias. Este fue el montaje estrella del festival y el premio del jurado da justa prueba de ello. Uniendo técnica gimnástica y clownesca estos acróbatas recatados del pasado lograron el show más disparatado visto este año.
Después vino “Clack!” de Capa i Espasa. Divertidos e irreverentes confesaré que a su repaso cinematográfico le faltó algo; aunque puede que quizás las expectativas jugaran contra ellos pero esto es cosa de criterios. “Sandfantasy” tampoco fue nada original; pesado y cursi no aportaba nada nuevo. Batucadas y Brake Dance hicieron más llevaderas las esperas y si las Hadas eran las dueñas de las mañanas y The Chanclettes fueron las reinas indiscutibles de la noche. Con su descaro, música y humor pusieron la guinda a un festival (en el cual hubieron otras muchas cosas que no nombro por tiempo), que espero tenga larga vida y no se quede después de tanto éxito como otros encerrado en el cajón de la desidia de un político que no lo considera necesario ni interesante.
Esto es mueca, mucho más que un gesto, un festival que le hace a uno plantearse si el arte en la calle no es el más vivo que existe. Mueca, una palabra importante.

Imanol Suárez (10 de Mayo de 2008)

Nota: Una versión de este artículo será publicada el próximo sábado 19 de abril de 2008 en el suplemento cultural 2C de la Opinión de Tenerife. En él se hace un especial incapié en lo necesarios que son festivales de este tipo para la cultura en Canarias. Espero que os guste.

Un abrazo

Imanol Suárez

"El Cerco de Leningrado" por 2RC - ¿Quién dijo que era imposible?



Y: Lo han vuelto a hacer. Si es que lo sabía; tanto decir que no, que no, que era imposible y mira.
X: ¿Qué miro?
Y: Yo lo advertí, pero nada. No me creyeron; Y esas cosas duelen ¿Saben? Porque uno después de todo no es que sea un sabio pero en ocasiones sé lo que me digo.
X: ¿De qué?
Y: No, no, no; si es que tampoco había que ser muy inteligente para saberlo que estas cosas se intuyen al vuelo… ya lo sabía.
X: ¿El qué?
Y: Que lo han vuelto a hacer.
X: ¿Quiénes?
Y: ¿Como que quiénes? Ellos
X: Pero ¿quiénes son ellos?

(Pausa)

Y: ¿De qué estamos hablando?
X: No sé, tú has empezado.
Y: Porque te lo había dicho.
X: Eso ya lo has dicho.
Y: Pero es que muchos no me hicieron caso.
X: Eso puedo comprenderlo.
Y: Y al final…
X: ¿Qué?
Y: …que yo tenía razón.
X: ¡Vaya!
Y: Oye, te noto un poco escéptico.
X: Mira ¡qué observador!
Y: Pues tú lo que quieras pero yo lo dije.
X: ¿El qué?
Y: Esto; lo que ha sucedido.

(Pausa)

X: ¿Tú estás hablando de lo que ha sucedido?
Y: Sí.
X: ¿De que han vuelto a hacerlo?
Y: Sí.
X: ¿Estás hablando de ellos?
Y: Sííí.
X: Y ¿por qué no me lo has dicho antes?
Y: Si te lo he dicho.
X: Pues yo no lo tenía claro.

(pausa)

Y: Es que son ellos.
X: Si es que no te explicas.
Y: Yo no tengo culpa de eso.
X: Y ¿quién tiene la culpa?
Y: ¿Quién va a ser?
X: ¿Ellos?
Y: No, idiota.
X: ¿Quien tiene la culpa?
Y: Yo prefiero hablar de ellos.
X: Pero dime ¿Quién tiene la culpa?
Y: (A lo suyo) Lo han vuelto a hacer, si es que lo sabía. Son la compañía más grande de Canarias, una de de las que tiene mayor proyección y encima montan un Sanchís Sinistera. Es que no hacía ser muy inteligente para intuírselo; Fue digno de ver. Para más datos, venían de ser nombrados representantes de Canarias en los premios Max, habían cosechado un éxito enorme con su “Alcalde de Zalamea” y además 2RC, sin duda, está en su mejor momento (y lo demostraron). Jugaron a lo de siempre, a su fórmula que ya tienen patentada como su sello. El espacio escénico volvió a ser un mundo de sugerencias dotado con apenas unos pocos elementos. Así se ha ganado Rafa Rodríguez el título de “Creador” con mayúsculas. Allí no había más que un telón y una tarima inclinada pero con cada escena, a cada momento era distinto, veíamos algo nuevo, nos daban nuevas sugerencias, creaban mundos nuevos. Si es que estaba claro, yo lo dije.
X: Sí bueno ¿y qué mas?
Y: Que las actrices incorporaron todo eso en su trabajo, y nos llevaban de la mano de un lugar a otro envueltos en dulzura y poesía. Este es uno de esos montajes en los que nada falla: Tanto el vestuario como el ámbito técnico sorprendían por su factura y acierto. 2RC hizo gala de sus ya populares juegos de luces que generaban una atmósfera capaz de encerrarnos a todos en la historia para que no nos distrajéramos ni un momento.
Luego, claro, las actrices.
X: ¿Qué pasa con ellas?
Y: Que es lógico que la obra salga como salió cuando nos enfrentamos a una Lili Quintana más Lili que nunca y a una Blanca Rodríguez soberbia. Lo de Lili es sobrenatural. Se ha encontrado a sí misma de tal manera que ha alcanzado lo que sólo pueden alcalzar algunos pocos genios: una manera casi propia, (exclusiva) de interpretar, ha creado casi un estilo. Con esto Lili sigue recorriendo su camino de reafirmarse como una de las mejores actrices con que cuenta en estos días la escena canaria. Y Blanca, tan viva, tan cercana. Entre ambas compusieron un tandem de esos que sólo se pueden definir como perfectos.
Así que Rafa, nuestro Rafa, nos regaló su Sanchís haciéndolo de la única manera que él sabe hacerlo, es decir, bien, y como lo que es, uno de los mejores directores del momento.
X: Ya bueno y volviendo a lo nuestro ¿Quién tiene la culpa de que te enrolles tanto?
Y: ¿Es que no lo sabes?
X: No.
Y: ¿De verdad no lo sabes?
X: No.
Y: Es él
X: ¿Quien?
Y: El maestro.


Dedicado a José Sanchís Sinistera

Imanol Suárez

miércoles, 9 de abril de 2008

Lili Quintana Visita Frecuencia Teatro



Mañana Jueves 10 de Abril la reconocida actriz Lili Quitana estará en nuestros estudios. Tras el éxito cosechado en su último estreno "El Cerco de Leningrado" de Sanchís Sinisterra con la compañía 2RC, la actriz estará con nosotros para hablarnos de la obra pero también de toda su carrera.


Esperamos veros; no falteis a la cita con Frecuencia Teatro.